Mamis en su día: electrodomesticadas


Pensar que antaño –hace apenas una 6 décadas– no solo nos brindaban artículos para el hogar –desde baterías de cocina hasta aspiradoras– en el Día de la Madre, sino que también las fiestas de fin de año eran una ocasión propicia para cubrirnos de ventiladores, planchas, ollas a presión, calefones, licuadoras, aspiradoras... A fin de recuperar esa saludable tendencia que tanto nos favorecía, parece ideal repasar los avisos de la revista Mucho gusto, en su edición especial de las Navidades de 1965, que muy bien pueden aplicarse para el Día de la Madre a celebrarse en este mes de octubre.

La primera publicidad con la que nos topamos “para hacernos más felices” si entramos en la categoría maternal, es de menaje (relucientes pavas, cacerolas, sartenes) y cubiertos (no menos lustrosos cuchillos, tenedores y cucharas), una “línea de distinción para mesa y cocina”. Dos páginas más adelante, las cocinas Dauco (“potentes quemadores, amplio horno, consistencia extraordinaria, incomparable belleza”) nos desean “una Fiesta con mucho gusto”. Otras cocinas, marca Lafor, “belleza y practicidad”, también se promocionan con escenografía ad hoc. Más modesto, el calentador Bram-Metal se nos dedica sin decorado, con suma sencillez.

Las fuentes Pirex y Rigopal para horno hacen poesía en italiano para convencer a los familiares sensibles: “A la cara, cara mamma le manderó de Rigolleau, una vajilla que engalana su mesa” y, obvio es decirlo, “se limpia mejor y más rápidamente”.

Volvemos a las espejadas baterías que tan dichosas nos hacen con Cetro, “elegante, práctica, dinámica, llega para lucir y actuar (?) en hogares jóvenes y modernos”. Si solo se trata de un “hervidor múltiple”, ahí tenemos el Atma que brilla tanto, que en él todo se refleja como en el cristal de un espejo, y que otorga regocijo duradero al permitir preparar riquísimas comidas en brevísimo tiempo. También viene envuelta para obsequio la pava Artinox, un presente realmente “inoxidable”.

Pero si hablamos de palabras mayores, Chyc nos tienta con “cocinas como de cine”, un regalo muy especial para mamá. Si el presupuesto es menor, nos podemos conformar con el calefón Oriflama, “confort para mamá” (y el resto de la familia, cómo no). Y para culminar, en la contratapa de la revista, una niña adorna el famoso arbolito ritual cerca de una máquina de coser Singer dedicada a su progenitora. Según el aviso, Papá Noel recibió millones de cartas escritas con letra infantil que confiaban en él: “Usted ya sabe cuál es el modelo que mamá desea”. Naturalmente, ese artefacto que “ha de ocupar un lugar de privilegio, recordando a cada momento el feliz minuto de su llegada al hogar”. Ojalá que estas sugerencias no caigan en saco roto y que maridos e hijos/as tengan en claro que nada nos procura mayor ventura que esos artículos para el hogar que podemos compartir con ellos y que, además, tan placenteramente mejoran el rendimiento de nuestras labores.