Basta de violencia de género: Prandi, Laurta, el triple femicidio...

Por Silvina Quintans

Fotos por Silvina Quintans, tomadas en la marcha del 27 de septiembre de 2025, homenaje a Brenda, Morena y Lara


“Siento que hoy empiezo a vivir”, suspiró Julieta Prandi el 13 de agosto de 2025 en la puerta del Tribunal Oral 2 de Zárate, cuando se enteró de que la justicia acababa de condenar a su expareja, Claudio Contardi, a 19 años de prisión por abuso sexual con acceso carnal agravado por causar un grave daño en la salud mental de la víctima. Julieta le dio visibilidad a un tema silenciado durante siglos: el abuso sexual en las relaciones de pareja. (1)

En el expediente había declarado que Contardi la tomaba del cuello para forzarla y que la obligaba a mantener relaciones sexuales porque era “su mujer”. En algunas ocasiones la había atacado mientras dormía. La violencia la hacía sentir en una jaula: la había aislado de su familia y de sus amigas, se había apoderado de sus bienes, controlaba cada paso que daba. “Estás vieja”; “¿Qué vas a hacer sin mí si no servís para nada?”; “Si fueses hombre no te dejaba un hueso sano”,  “No vas a cumplir años, vas a recibir una corona”, son algunas de las frases que surgen de su testimonio.

El día que se conoció la condena, después de cinco años de juicio, rodeada de micrófonos a la salida del tribunal, les habló a todas aquellas mujeres que desconocían que aquello que les sucedía en el dormitorio era una violación: “Un papel no te obliga a tener relaciones con una persona. No es no, casada o no casada (…) En nombre de todas las víctimas de violencia de género y de abuso, esto tiene que marcar un precedente, tiene que ser un antes y un después. No puede ser un infierno tener que hacer una denuncia, tener que demostrar todo lo que una vivió. Tener que someterse a infinidad de pruebas, infinidad de pericias, cuando del otro lado no hay algo que los obligue a hacerlo. Yo espero que a partir de ahora las condiciones para las víctimas cambien, porque en el medio o las víctimas desisten porque no pueden más o nos matan, hay demasiados femicidios en este país”. (2)

 


Après le silence

Pocos días después de la sentencia, Eurochannel puso en pantalla la película francesa Après le silence o Consentimiento (2022), dirigida por Jérôme Cornuau y protagonizada por la actriz Caroline Anglade, que tiene un sorprendente parecido físico con Julieta Prandi. (3)

La primera escena muestra a la protagonista en la comisaría despeinada, pálida y desencajada mientras denuncia en voz baja que fue víctima de varias violaciones.  ¿Conoce a su agresor?, le pregunta la mujer policía.

Lo que sigue es el calvario de una mujer que intenta probar los abusos de los que fue víctima entre las paredes de su habitación por parte de Gregory, su pareja, un poderoso empresario. Marina, la protagonista, huyó de su casa con su pequeño hijo y tiene problemas para mantenerse. Alquila un departamento barato y hace malabares con la crianza.  Su madre a veces se queda a dormir para ayudarla y no termina de comprender la decisión de su hija:  

En una pareja no siempre querés lo mismo al mismo tiempo. Pero haces un esfuerzo para complacer al otro – justifica la madre.

¿Deberes maritales? No los hay, nadie tiene que hacerlo si no lo desea – responde Marina- Al principio, cuando no quería, Gregory me decía que yo tenía un problema, que no lo amaba lo suficiente, que debería estar contenta de que alguien me deseara así. Aumentaba la presión hasta que cedía, me quedaba quieta para que terminara más rápido. En ese momento no me daba cuenta de que me estaba violando.  La violación era parte de mi vida cotidiana.


Más allá del parecido físico, el caso que cuenta la película tiene muchos puntos en común con la historia de Julieta Prandi. Según cuenta la placa final de la película, en 2021 se denunciaron 24.800 violaciones en Francia, más de la mitad matrimoniales. Solo el dos por ciento recibió condena.

El calvario del débito conyugal

Alguna vez escuchamos hablar a nuestras abuelas en voz baja del llamado “débito conyugal”. El diccionario lo define como la “obligación de mantener relaciones sexuales mutuas y la intimidad sexual como parte del compromiso matrimonial”. La definición data de los tiempos en los que la palabra clave CONSENTIMIENTO aún estaba fuera de radar.

Las mujeres durante siglos pensaron que estaban obligadas a mantener relaciones sexuales con sus parejas aunque no quisieran. Esta situación, que parece sacada de otro siglo, todavía está vigente. Son muchas las personas que desconocen que el consentimiento es necesario dentro o fuera del matrimonio. Durante el caso de Gisèle Pelicot en Francia -la mujer que era drogada por su esposo hasta dejarla inconsciente para ponerla a disposición de otros hombres-, muchos de los acusados se defendieron con el argumento de que el esposo había consentido y consideraban que eso era suficiente, como si ella no pudiera decidir sobre su propio cuerpo.  

La cuestión del consentimiento en las relaciones de pareja y del supuesto “débito conyugal” acaba de llegar a las más altas instancias judiciales en Europa. En enero de 2025 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo condenó a Francia por considerar el rechazo de relaciones sexuales como motivo para un divorcio. El caso se remonta a 2019, cuando el tribunal de apelación de Versalles consideró que existía culpa de la mujer en un caso de divorcio por no haber querido mantener relaciones sexuales con su esposo. El hecho constituía, según el alto tribunal francés, “una grave y reiterada violación de los deberes y obligaciones conyugales, haciendo imposible la continuación del matrimonio”. (4)


Sí, entendieron bien, en pleno siglo XXI, la justicia francesa sentenció que la mujer era culpable del divorcio por negarse a tener relaciones sexuales con su esposo. Los jueces consideraron en distintas instancias que la mujer estaba obligada a mantener relaciones aunque no quisiera. El caso llegó al Tribunal Europeo de Derechos Humanos que dictaminó que negarse a mantener relaciones sexuales en el matrimonio no es una infracción de los “deberes conyugales” sino un ejercicio de la libertad sexual.

“Consentir a un matrimonio no puede implicar consentir a futuras relaciones sexuales”, señalaron los jueces y agregaron: “la existencia de una obligación conyugal interpretada de esta manera es contraria a la libertad sexual, al derecho a disponer de su cuerpo y a la obligación positiva de prevención de los Estados en materia de lucha contra la violencia sexual y doméstica”.

El consentimiento es necesario dentro o fuera del matrimonio, el abuso sexual se puede dar dentro de una pareja constituida porque el consentimiento se renueva cada vez. En la Argentina, a diferencia de Francia, a partir de 2015 ya no existen culpas o causales de divorcio y basta con que una de las partes decida divorciarse para disolver el vínculo sin importar las razones.

Querer

Miren Torres está con su abogada en el Departamento de Atención a las Víctimas de Bilbao, una oficina pintada de azul acero. Pasan a un despacho y entregan a la funcionaria una denuncia escrita. Lo demás es pura burocracia: teléfonos, direcciones, documentos. Pero Miren sabe que la denuncia por violación va a cambiar su vida. (5)


La primera escena de la miniserie vasca Querer -que acaba de estrenar Flow- concentra la tensión que se va a desarrollar en cuatro capítulos cuando un ama de casa de posición acomodada denuncie a su esposo por la violencia sexual que sufrió en silencio durante treinta años de matrimonio. “¿Su esposo fuma? ¿Bebe? ¿Tiene adicciones?” pregunta la funcionaria que toma la denuncia, pero Iñigo es un buen padre de familia, un hombre de negocios, un benefactor de la comunidad.  Pocos minutos después lo veremos en su casa, sentado con su teléfono celular, ajeno a la denuncia que todavía no le notificaron, preguntándole a Miren qué hay de comer y pidiéndole que le cocine un bife porque con la ensalada que ella va a almorzar no alcanza.

De manera sobria, con grandes actuaciones y sin mostrar escenas de violencia física, la serie transmite el miedo, la ansiedad, la soledad que siente una mujer abusada cuando se anima a levantar la voz. ¿Qué pasará con su vida? ¿Cómo se sostendrá económicamente cuando salga de la casa? ¿Cómo tomarán los hijos adultos que su madre denuncie al padre por violación? ¿Qué secretos guardaba ese hogar en apariencia “normal”?

La serie avanza sobre las dificultades del proceso judicial, las violencias que están naturalizadas en los hogares, los prejuicios que aíslan a las mujeres que se animan a denunciar. Es una trama construida con silencios, con lo no dicho, lo que queda escondido detrás de la gestualidad de una mujer acostumbrada a callar. ¿Está mintiendo? ¿lo hace por dinero? ¿por qué no denunció antes? ¿Lo hace por celos? ¿por frustración?  La serie muestra con crudeza el después de la denuncia y el enorme costo social, económico y emocional que tiene la mujer que se presenta ante la justicia.


El mito de las “falsas denuncias”

La violencia sexual es uno de los delitos con menor tasa de denuncia en el mundo por diversos motivos: la vergüenza, la culpa, el estigma social, el temor a las represalias por parte del agresor, la falta de confianza en las autoridades, los obstáculos del sistema, el miedo ser tratada como mentirosa, la dependencia económica, entre otras causas.

De acuerdo con datos de ONU Mujeres y la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tasa de denuncias por violencia sexual a nivel mundial es muy baja y representa solo una fracción de los casos reales.  Según los países, el índice de denuncias oscila entre el 10% y el  1% de las agresiones. De esos casos solo un número ínfimo logra una sentencia. La baja cantidad de denuncias contrasta con la magnitud del problema: según cifras de la ONU una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida, en su mayoría por parte de su pareja o expareja. (6)

El nivel de denuncias también es bajo en la Argentina.  Según la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (OVD), en el segundo trimestre de 2025, de las 4000 personas atendidas solo el 7% denunció violencia sexual. (7)

La baja cantidad de denuncias en relación a los hechos de violencia sexual es el común denominador en estos delitos. Sin embargo, desde el año pasado avanzan en el Congreso los proyectos presentados por la  senadora rosarina Carolina Losada (Unión Cívica Radical) y la diputada Lilia Lemoine (La Libertad Avanza) (8), ambos con aval del gobierno, que buscan aumentar las penas por denuncias falsas, falso testimonio y encubrimiento, específicamente cuando se trata de hechos vinculados con violencia de género, delitos contra la integridad sexual o menores de edad. No existe ninguna evidencia que respalde que las supuestas “falsas denuncias” en materia de violencia de género sean habituales y mucho menos que merezcan un tratamiento distinto al resto de las denuncias falsas.   

En la Argentina no existen estadísticas oficiales sobre falsas denuncias en casos de violencia de género, pero de acuerdo a los relevamientos realizados por distintos organismos internacionales el problema no son las falsas denuncias sino, al contrario, la baja cantidad de estas denuncias con respecto a los hechos. La Fiscalía General del Estado de España señaló en un informe de 2021 que el porcentaje de sentencias condenatorias por denuncia falsa por violencia de género es ínfimo. El promedio entre los años 2009 y 2021 es del 0,0084%”. En Argentina, estimaciones del Consejo de la Magistratura indican que menos del 3% de las denuncias penales se catalogan como falsas, y la mayoría son por delitos económicos sin relación con la violencia de género.


Es importante recordar que la falsa denuncia en general ya está castigada por el Código Penal, pero los proyectos pretenden agravar las penas para casos de violencia de género y abuso sexual diferenciándolos del resto de las denuncias. La paradoja está a la vista: las víctimas de estos delitos son las que menos denuncian y estos proyectos no harían otra cosa que amedrentar y discriminar a las pocas que se animan.

¿Qué sucede cuando un delito se produce de manera reiterada entre las paredes del dormitorio y sin testigos? ¿Cómo hace la víctima para probarlo? ¿Cómo sale de ese círculo una mujer que tiene miedo y no tiene recursos económicos? ¿A qué lugar recurre si se va a poner en duda su palabra? ¿Cómo se hace para evitar la impunidad del agresor y al mismo tiempo respetar el principio de inocencia?

Denuncias verdaderas

Según las investigaciones en curso, el 11 de octubre de 2025 Pablo Laurta habría asesinado en Córdoba a su expareja, Luna Giardina, a su madre, Mariel Zamudio, para luego secuestrar a su hijo de cinco años. Poco antes también habría asesinado a Martín Palacios, el remisero al que contrató para hacer parte del trayecto desde Uruguay, país en el que residía.

El acusado alegaba que había sido víctima de “falsas denuncias” de violencia de género por parte de su expareja. Laurta era el creador de Varones Unidos (9), una organización uruguaya que negaba la existencia de la violencia de género.  Uno de sus principales argumentos era que las mujeres realizaban “falsas denuncias” para perjudicar a los hombres. La organización promovía la idea de que los hombres son supuestas víctimas del feminismo y de las leyes de género que vulnerarían sus derechos. El discurso de la organización sugiere que las mujeres que denuncian violencia son mentirosas y que utilizan las leyes de género para su propio beneficio.


“Varones unidos es una organización de derechos humanos para los hombres”, decía frente a las cámaras en el Palacio de la Legislatura de Montevideo, en abril de 2018 en un evento organizado para presentar un libro de Nicolás Marquez y Agustín Laje, impulsores de la llamada “batalla cultural” contra el feminismo, el progresismo y la diversidad sexual, entre otras causas. (10) Aunque ambos se desligaron por redes sociales de cualquier relación con el asesino, coinciden en la negación de la violencia de género y el desprecio por los derechos de las mujeres y minorías sexuales. 

Este discurso de odio es cercano a las declaraciones públicas de algunos funcionarios. Sin ir más lejos, frente a la ola de femicidios que se produjo en los primeros días de octubre, la ministra de Seguridad y candidata a senadora nacional, Patricia Bullrich, culpó de la violencia a la lucha de las mujeres por sus derechos.  “Si lo que vos hacés es generar una idea de que estás empoderada y sos capaz de pisotear a cualquiera, sea hombre, tu padre o tu madre; si a alguien lo pisoteás, finalmente lo que termina pasando es que te viene en contra” y remató: “el desequilibrio que se generó con el feminismo extremo lleva a situaciones donde la violencia es tan fuerte que termina destruyendo a la misma persona que genera esa lógica”. (11)

En su insólito razonamiento, la ministra culpa a las propias víctimas y a las mujeres que luchan contra la violencia de los abusos y femicidios. Este discurso está alineado con la “batalla cultural” que llevó a presentar los proyectos de ley para eliminar la figura del femicidio del código penal y castigar las  supuestas “falsas denuncias” con penas más altas que las del resto de las denuncias. Esta ideología que niega la existencia de la violencia de género y de las desigualdades estructurales que conducen a ella, llevó al desmantelamiento por parte del gobierno de todas las políticas de protección hacia las mujeres.


Es la primera vez desde el retorno de la democracia en 1983 que la Argentina se queda sin un organismo institucional dedicado a la protección de los derechos de las mujeres. En 2024 se disolvió el Ministerio de la Mujer y luego la subsecretaría que lo reemplazó, en un quiebre con la historia democrática del país. Sin políticas de estado ni organismos que las protejan, las mujeres quedan a la intemperie y expuestas a distintos tipos de violencia de género. De esto da cuenta un extenso informe elaborado por el Equipo Latinoamericano de Justicia y Genero (ELA) que denuncia, entre otras cosas, la reducción de la línea 144 y el desarme del programa Acompañar de apoyo a mujeres víctimas de violencia de género. (12)

En este contexto de negación y desarme de las políticas para prevenir y sancionar la violencia de género, la película francesa Consentimiento y la serie vasca Querer permiten ver la violencia sexual desde adentro, con los prejuicios sociales y culturales que la rodean.

El fallo Prandi, por su parte, abre nuevas perspectivas. Como dijo Julieta a la salida del tribunal: “Yo espero que a partir de ahora las condiciones para las víctimas cambien, porque en el medio o las víctimas desisten porque no pueden más o nos matan, hay demasiados femicidios en este país”.

El 27 de septiembre de 2025 miles de personas salieron a las calles en repudio por los femicidios de las jóvenes Brenda del Castillo (20 años), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15) en manos de criminales narco, atrozmente torturadas previo a ser asesinadas. El reclamo era por el esclarecimiento del crimen y por políticas públicas contra la violencia de género. Mujeres de todas las edades manifestaban con sus carteles de cartón hechos a mano con distintas consignas.

Una chica morocha en medio de la multitud levantaba un cartel negro:

NUNCA TENDRAN LA COMODIDAD DE NUESTRO SILENCIO OTRA VEZ

Otra mujer en una esquina había pintado letras verdes sobre un cartón:

¿CUANTAS MAS TIENEN QUE MORIR PARA QUE EMPATICES Y TE SUMES A LA LUCHA?


______  

 (1) Fallo judicial completo en el caso Julieta Prandi

https://www.saij.gob.ar/exesposo-julieta-prandi-fue-condenado-19-anos-prision-violarla-danarla-psicologicamente-nv47884-2025-08-13/123456789-0abc-488-74ti-lpssedadevon?&o=102&f=Total%7CFecha%7CEstado%20de%20Vigencia%7CTema%7COrganismo%7CAutor%7CJurisdicci%F3n/Local%7CTribunal%5B5%2C1%5D%7CPublicaci%F3n%5B5%2C1%5D%7CColecci%F3n%20tem%E1tica%5B5%2C1%5D%7CTipo%20de%20Documento&t=616185

(2) Video de Julieta Prandi a la salida del tribunal

https://www.youtube.com/watch?v=Ir2PpjkCxX4

(3) Trailer Apres le silence

https://www.youtube.com/watch?v=M48X8pm2FoU

(4) Fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo sobre débito conyugal

https://www.csjn.gov.ar/dbre/verNoticia.do?idNoticia=10043

 (5) Trailer de Querer

https://www.youtube.com/watch?v=TmHQ4xGKkXU

(6) Informe ONU sobre violencia contra las mujeres

https://www.unwomen.org/en/articles/facts-and-figures/facts-and-figures-ending-violence-against-women#:~:text=women%20and%20girls-,Prevalence%20of%20violence%20against%20women%20and%20girls,%2C%20with%20long%2Dlasting%20consequences.

 (7) Informe de la OVD segundo trimestre 2025

https://www.ovd.gov.ar/ovd/archivos/ver?data=11775

(8) Proyecto de ley contra “falsas denuncias” de Lilia Lemoine

https://www4.hcdn.gob.ar/dependencias/dsecretaria/Periodo2024/PDF2024/TP2024/6312-D-2024.pdf

(9) Chequeado - ¿Qué es Varones Unidos?

https://www.instagram.com/p/DPxNi_oDe73/

(10) Pablo Laurta en la presentación del libro de Laje y Marquez

https://www.instagram.com/reel/DPwLNu_Dqyd/

(11) Declaraciones de Patricia Bullrich en las que acusa al feminismo de la violencia de género

https://www.instagram.com/reel/DP6K2ehCjV4/

(12) Informe del Equipo Latinoamericano de Justicia y Genero (ELA) sobre desmantelamiento de las políticas de género en la Argentina

https://ela.org.ar/wp-content/uploads/2025/05/Mas-alla-de-los-numeros.pdf