Un tributo más que ameritado para Cora Roca


Una vida consagrada al teatro la de Cora Roca: primero actriz, luego docente y finalmente investigadora teatral  con el acento puesto sobre todo en escenógrafos y escenografías locales, un rubro al que ha dedicado una serie de libros que incluyen al primer creador de decorados teatrales en la Argentina. Por cierto, CR es responsable de dos trabajos notables sobre la gran maestra de actuación Hedy Crilla -de quien fuera alumna y amiga-, y de uno particularmente referido a la infancia destinado a maestros:
 El niño actor.

En 2016, la tan minuciosa como perseverante investigadora dio a conocer Las leyes del teatro independiente 2004-2015, trabajo muy elogiado por Agustín Alezzo, figura señera de la escena local (“valioso tema de estudio basado en exhaustiva documentación (...) concretando una creación de un nivel artístico infrecuente en este tipo de tareas de investigación”) y asimismo por Rubén Szuchmacher (“quiero expresar un gracias enorme a Cora por haber hecho este trabajo importante para historiar el problema”). 

Hasta el presente, Cora Roca ha publicado seis libros relativos a la escenografía, a saber: Saulo Benavente, un ensayo biográfico (2008); Saulo Benavente, obra escenográfica (2010); Escritos sobre escenografía, de Saulo Benavente (2013); Homenaje a la escenografía argentina (2015); Rodolfo Franco, fundador de la escenografía argentina (2016); Rodolfo Franco, escritos sobre arte y escenografía (2018).

Cora Roca en el centro, durante el reconocimiento
que le otorgó la UBA

Independientemente de la escritura y edición de libros, Cora Roca organizó varias exposiciones que remiten a su expertise: en 1989, en el Centro Cultural San Martín, con trabajos de Gastón Breyer, quien quiso que participaran sus alumnos;  y luego cuatro muestras sobre las creaciones de Saulo Benavente, en el Teatro del Pueblo (2009), en el Teatro Argentino de La Plata (2010), en el Bafici (2011) y en el Festival de Teatro de La Rioja (2012). Un sétimo, La escenografía argentina, está anunciado para marzo 2023.

No es de sorprender entonces que las directoras de la carrera de Diseño de Imagen y Sonido de la UBA hayan tomado la iniciativa de otorgarle a Cora Roca un reconocimiento “por su investigación y difusión del trabajo escenográfico argentino”. El acto se realizó en el Teatro Tadrón, cuya dirección artística corresponde a una discípula de Breyer, Herminia Jensezian. Acompañan a CR en las fotos Liliana López, del Instituto de Artes y Espectáculos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, y Mariana Figueroa, del Centro Heurístico de la FADU.

A continuación una breve entrevista a C.R.

¿Qué razones te llevaron a especializarte particularmente en el rubro escenografía teatral?

-Cuando comencé a estudiar teatro en el viejo Conservatorio de Arte Escénico, hoy Escuela Nacional de Arte Dramático, tuve como profesores a Luis Diego Pedreira y a Saulo Benavente, quienes mencionaban a un tal Franco con una devoción inmensa, un nombre que ninguno de nosotros, los alumnos, conocíamos. Ya egresada, decidí rastrearlo y descubrí que Rodolfo Franco -que vivió entre 1889 y 1954- había sido el fundador de la escenografía argentina. Entusiasmada por su recorrido, me puse a escribir su biografía, nombrándolo desde el título como el iniciador que había sido. Después de publicar este libro quise seguir con una temática que ya me apasionaba y comencé otro trabajo: Homenaje a la escenografía argentina, que ilustré con obras de Franco y de esa primera generación de escenógrafos, formados por este maestro. Es decir, Luis Diego Pedreira, Saulo Benavente, Mario Vanarelli, Germen Gelpi, Gastón Breyer, Eduardo Lerchundi, Juan José Urbini. Y, como suele suceder con nosotras las mujeres, la primera escenógrafa argentina, Carlota Beitía, no figura -salvo la mención de su nombre- porque su obra no quedó registrada.

Cora Roca en el centro, durante el reconocimiento
que le otorgó la UBA

¿Cómo relacionás el decorado con las artes visuales y la arquitectura?

-Cada escenógrafo define su estilo, en algunos casos vinculan la escenografía con la arquitectura, y titulan sus obras como escenoarquitectura. Es el caso de los arquitectos Gastón Breyer y Luis Diego Pedreira. Otros provienen de las artes visuales en las que se apoyan para sus diseños. Depende de la formación y tendencia de cada uno.

¿Por qué elegiste a determinados creadores como protagonistas de tus siete libros sobre el tema?

-Simplemente porque fueron los primeros en aplicar el arte de la escenografía en Argentina. A Saulo le gustaba decir: “No nacemos de un repollo”, aludiendo a que en las artes siempre, de alguna manera, se cita a distintos referentes que nos antecedieron.

¿De qué manera ves el diálogo del espacio escénico, el texto, la dirección e incluso los
intérpretes con la escenografía y el vestuario?

-Creo que el teatro es un arte colectivo, aunque depende del director de escena que todo se amalgame y armonice en un mismo lenguaje artístico,  que a su vez responda fielmente a la idea del autor, aunque también existe la posibilidad de versionar, hacer una lectura personal de determinadas obras muy representadas, en especial, los clásicos. No es muy distinto a una orquesta sinfónica con su director ofreciéndonos una sinfonía de Beethoven. O a lo que ocurre en la realización de una película. 

En el teatro alternativo, de acotados medios materiales, ¿hay que hacer de carencia virtud en el diseño escenográfico?

-Por cierto, la carencia, los límites económicos duelen. Algunos equipos sustituyen los decorados con otros recursos, como la proyección de audiovisuales o videos, que pienso que no suplen la escenografía propiamente dicha. Otro tema es Josef Svoboda (1920-2002), el artista escenógrafo, arquitecto y director de La Linterna Mágica de Praga, un artista multidisciplinario.

¿Nombrarías a algunas escenógrafas actuales destacadas?

-Nuestro teatro ha tenido y tiene excelentes escenógrafos con identidad propia; todavía están los descendientes de los fundadores, como María Julia Bertotto, Héctor Calmet, Graciela Galán, Alicia Gumá, Víctor de Pilla, Marcelo Salvioli, Claudio Segovia... que  siguen transmitiendo su legado. Amén de creadoras y creadores de diseños escenográficos más jóvenes que figuran en la actual cartelera teatral.