En ninguna etapa de la vida, bajo ningún pretexto debe descuidarse la cultura estética del busto femenino, dictamina Gloria Darling en su manual La mujer (Buenos Aires, 1932), en el imprescindible capítulo La belleza del seno. Para empezar, vale tener bien en claro las diferentes curvaturas de los pechos femeninos: “En forma de manzana o de pera, más o menos salientes, colocados hacia adelante, turgentes, lacios y propensos a mirar hacia el suelo (sic)”. Como las reglas del busto perfecto no suelen ser respetadas por la naturaleza, subraya Darling, “esto obliga a muchas ingeniosidades para corregir defectos congénitos o adquiridos por deficientes prácticas higiénicas”.
Al parecer, las “posturas viciosas” tienen marcada influencia sobre el seno: “Las niñas, por indolencia o descuido, suelen andar cabizbajas, el pecho y el abdomen prominente, atentando así contra la belleza del busto”. Resulta que cuando se adopta semejante posición, los ligamentos adheridos al esternón se relajan y el pecho se contrae, se cargan las espaldas y el seno crece deforme. Obvio es decir que el primer paso para obtener un busto bien modelado ha de ser el hábito de mantener una postura recta en todo momento y lugar. A continuación, algunos ejercicios para que el seno se perfeccione:
- Acostadas en el suelo, apoyando las manos en el piso, levantar el tronco lentamente, manteniendo bien estirados pies y piernas.
- Cruzar las manos a la altura del pecho, con el cuerpo bien recto, y hacer extensión lateral y elevación de brazos, con movimientos enérgicos.
- Con la ayuda de un bastón, extender brazos hacia arriba y lateralmente, mientras el cuerpo permanece firme y las piernas separadas.
De todos modos, nos conforta amablemente Gloria D., no hay seno feo si su dueña “tiene la habilidad de adoptar una brassière en consonancia con las necesidades del mismo”. Según la especialista, estos son los modelos que recomiendan las estrellas de la Meca del Cine, duchas en seleccionar los mejores sostenes: “Bien construido y confortable para la mañana; más ligero y de curvas más pronunciadas con los vestidos de tarde; satinado, más escotado y de color rosa salmón con toilettes transparentes; de una línea natural y suave, que haga pensar en la ausencia de corpiño para los trajes sofisticados de noche”. Ah, el último consejo de las divas de Hollywood: friccionarse con zumo de limón para dar a los pezones un discreto tono sonrosado, aclarando su pigmentación. También propone Gloria Darling colocar una rodaja grande de limón con un orificio en el centro para que “respire” el pezón, comprimiendo ligeramente con un soutien de tul a fin de que el cítrico actúe durante el sueño nocturno (sic). Darling, allá donde estés, te hacemos responsable si no alzamos el exacto tono sonrosado deseado o de cualquier otro inconveniente que provenga de la puesta en práctica de tus consejos.