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Diosa Kali |
Insurrectas,
vengadoras, desobedientes, místicas, refractarias al poder establecido,
vampiras, santas, hechiceras: de esta laya son las figuras de mujer que habitan
Diosas, brujas y damas de la noche
(Grupo Editor Latinoamericano),
cautivante ensayo de Leonor Calvera, un texto que prosigue y complementa
las investigaciones desarrolladas anteriormente por esta talentosa pensadora,
traductora y poeta en Historia de la
Gran Serpiente (Vinciguerra, 2000).
Feminista,
activista de la primera hora del resurgir del movimiento en los ’60, Leonor
Calvera se ha especializado en religiones comparadas, ha traducido, entre
otros, textos sagrados orientales como el Dhammapada
y el Bhagavad Vita y ha escrito Las fuentes del hinduismo (Dédalo,
1979), Las fuentes del budismo
(Leviatán, 1985) y Comentarios al Tao te
King (Leviatán, 1989). En 1982, Calvera abrió nuevos y estimulantes caminos
a la toma de conciencia feminista con El
género mujer (Editorial de Belgrano, 1982), ensayo en el que trabajó antes
de y durante la Dictadura, injustamente olvidado en décadas recientes que
suelen desconocer a las genuinas feministas históricas locales, en favor de
ciertas advenedizas mediáticas. Razón
por la cual, querida Leonor, Damiselas se honra en rendirte homenaje, aunque tu
perfil elegidamente bajo no lo reclamaría nunca porque tu tiempo está
consagrado a seguir estudiando y produciendo siempre desde tu cosmovisión
feminista. El género... fue seguido
por Camila O’ Gorman o el amor y el
poder (Leviatán, 1986) y Mujeres y
feminismo en la Argentina (Grupo Editor Latinoamericano, 1990).
El permanente empeño de LC en hacer dialogar
las religiones y los géneros le ha dejado espacio para componer dos libros de
poesía: Mi casa en la ciudad (1975) y
Poemas y canciones a la madre (1993). Este último plasma la elaboración de
un arduo duelo que, según la autora, “en su forma literaria fue desbordando los
márgenes personales hasta adquirir una magnitud arquetípica: mi madre se fue
convirtiendo en todas las madres, y todas las madres se fueron resumiendo en La
Gran Madre”.
Más
cerca en el tiempo, Leonor Calvera publicó otros libros, algunos de los cuales
fueron reseñados en este blog-revista: El
paso de la muerte (2009), Mujeres de
Dos Mundos en la conquista española (2012), Pensamientos en red (2014), Los
fuegos de la risa (2015), Memorias y
olvidos (2017), Geografías de la
mujer (2018). Paralelamente, Calvera es vicepresidenta de ACARMAS (Academia
Argentina de Masonería, Ciencias Primordiales e Iniciáticas y de Tradición
Hermética), edita eBooks y desarrolla actividad en sitios web. La hora actual
parece propicia para volver sobre su apasionante Diosas, brujas y damas de la noche.
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Astarté, divinidad fenicia y egipcia |
La enorme erudición que revela Diosas, brujas... no impide que sea un libro muy ameno, al
alcance de todo el mundo, que a la vez puede sorprender incluso a personas
familiarizadas con esta temática. ¿Partiste de conclusiones previas?
- Como
me pasó con El género mujer, con Camila..., con La Gran Serpiente, en Diosas...
me impulsó la búsqueda del conocimiento formativo y, por otro lado, desentrañar
la madeja siniestra del funcionamiento de los grupos de poder con respecto a la
gente, a la forma en que se llega a dominar a gran cantidad de personas durante
mucho tiempo. En varias de mis obras, entonces, el gozne está puesto en el
análisis del poder.
Entre esa gente que es dominada,
¿las mujeres suelen ser las primeras víctimas?
- Exactamente.
Sin desconocer que pueblos enteros han sido atrapados, a veces durante siglos,
en estos mecanismos de poder. Cosa que, por otra parte, sigue sucediendo en la
actualidad, pese a lo mucho que se habla de democracia.
Entre las grandes diosas y las
figuras menores de la primera parte, no te detenés en las Diosas Madres del
Paleolítico.
- Es
que a ellas traté de perfilarlas en mi libro anterior: mi tesis es que de la
Gran Madre Serpiente derivan todas las demás, que serían fragmentaciones de la
primera Gran Diosa o como se la denominara en ese momento, porque estos nombres
se los ponemos desde acá y ahora, con los parámetros culturales actuales.
¡Y masculinos! Porque si hay un Dios
Padre, tendría que haber una Diosa Madre...
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Mujer acusada de brujería y condenada a la hoguera, grabado del siglo XVI |
- Claro,
y tal vez el concepto no era exactamente ése. Hay un tema que he estado
trabajando, que es complementario de estos trabajos: la historia de la muerte a
través de los siglos, que precisamente dio origen a El paso de la muerte. Tema que de algún modo ya aparecía en El género mujer, en Camila y que está muy presente en Diosas..., donde me extiendo sobre una
contracultura que se ha mantenido –a veces en forma subterránea– durante miles
de años. En la actualidad, cada vez más, hay numerosas mujeres que se dicen a
sí mismas brujas como una manera de volver a un pensamiento más abarcador, que
no sea dicotómico masculino tradicional.
Entre otras interpretaciones que
promueve, Diosas... se puede leer como una historia de la
misoginia. Es decir, del odio, el miedo, el rechazo, la inferiorización de la
mujer, apelando a diversos recursos, hasta los más crueles y aniquiladores.
- Sin
duda estamos hablando de las raíces del miedo a las mujeres. En el caso de las
brujas, uno de los objetivos era usarlas como escarmiento para que las demás
mujeres no se desviaran de la norma, de los mandatos patriarcales. ¿Qué cosa
más terrible que torturar y quemar para aleccionar a la mayoría?
Antes de la persecución de las
brujas, explicás en detalle cómo fueron desvirtuados los rasgos originales de
diosas como Kali, Hécate, Artemisa. Personajes como Lilith son borrados del
mapa. Pero si hay un tema que nos toca de cerca en Occidente es el de la Virgen
María, que desarrollás en la segunda parte.
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Virgen María |
- Prácticamente
una invención de concilios y encíclicas, las fechas de celebración de la Virgen
coinciden con los cultos lunares. Por otro lado, la virginidad fue reconocida
recién en 1555 y mucho más tarde los dogmas de la Inmaculada Concepción y la
Asunción. Realmente, la veneración a María fue un nítido caso de amalgama o
apropiación, porque en el misógino panorama teológico de las primeras centurias
cristianas se hizo sentir la necesidad de un principio femenino. Y fijate que
ahora, en medio del caos, aparecen más y más vírgenes que ponen en evidencia la
necesidad de rendir culto a una figura materna, protectora. La Virgen es una
figura que no resulta conflictiva, es asexuada, no despierta los temores de la
severidad de Dios Padre.
Es lo opuesto de la femme fatale...
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Placa Burney de terracota, período paleobabilónico, considerada una representación de Lilith |
- Obviamente
la contrapartida de Lilith, que tanta inquietud despierta, que les sorbe los
sesos a los varones y les quita su poder genesíaco... Hay un temor masculino a
la sexualidad femenina que está dando vueltas todo el tiempo. Por eso, pese a
la supuesta libertad sexual actual, hay tanto chiste sobre sexo. Se dice en
broma lo que nadie se atreve a reconocer en serio. En lo que se ve y se oye en
televisión, el metamensaje es: “Ustedes son un objeto, nosotros las podemos
sexualmente, no son más que un trozo de carne”. Durante mucho tiempo se ha
tolerado este tratamiento denigrante de la imagen de la mujer. Creo que otra
prueba del miedo masculino a la sexualidad real y autónoma de la mujer es el
enorme avance de la paidofilia. Con una criatura, los hombres no se sienten cuestionados,
son los amos nuevamente. Un análisis profundo de la paidofilia puede derivar en
algunas sorpresas, si consideramos que esta aberrante práctica es un 98 por
ciento masculina.
En los capítulos referidos a la
Virgen María, al exterminio de las beguinas y más tarde de las brujas, se
recorta la historia negra de la Iglesia Católica y su ambición hegemónica,
política, económica...
- Es
que la Iglesia se involucró muchísimo con el poder temporal de turno, incluso
cuando pudo trató de someterlo a sus designios, desvirtuando el mensaje
original del cristianismo. Se dio vuelta entonces la doctrina del
desprendimiento de bienes materiales, de genuina caridad... En algunos
momentos, hubo grupos de monjes y monjas que fueron perseguidos porque querían
volver a la pobreza original frente a una Iglesia que hacía todo lo contrario.
La cantidad y variedad de
comunidades femeninas en busca de autonomía, de una cultura alternativa, de
transmitirse conocimientos, ¿fueron intentos reiterados de las mujeres de
subvertir la situación de sojuzgamiento?
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Beguina de Bruselas |
- Absolutamente.
Lo intentaron a lo largo de la Historia y siempre fueron aplastadas por la
fuerza, abatidas. Pero como después la Historia la contaron representantes del
poder dominante, esta información se dejó de lado. Aun ahora hay muy poca gente
que conozca la historia de las beguinas que después de todo fueron muchísimas y
actuaron durante dos siglos y medio. Hubo beguinajes enormes, hasta 18
conventos en Europa. El primer grupo surgió entre 1170 y 1175: después de un
período de prueba de dos meses, adoptaban una sencilla vestimenta marrón,
hacían votos de castidad de validez temporal y se avenían a una fuerte
disciplina de trabajo. El papa Honorio III aprobó a estas “pías mujeres” y su
número fue creciendo en Flandes, Alemania, Francia, Italia, a lo largo del
Rhin. Rasgos distintivos de las beguinas fueron su cultura y su entrega a un
fuerte misticismo. En 1325, una bula de Juan XXII afirmó que se debía
considerar hereje a quien afirmase que Cristo no tenía bienes. Es el comienzo
del fin de las beguinas. En 1310, Marguerite Porète es quemada por no querer
retractarse de sus dichos en el libro Espejo
de las almas simples. A partir de 1312, las propiedades de las beguinas,
mujeres que en su mayor parte provenían de familias adineradas, son
confiscadas, se obliga a muchas a casarse. En 1421 se disuelven todos los
beguinajes y la persecución adopta forma de exterminio, unas cuantas mueren en
la hoguera. Así se suprimió el primer movimiento de mujeres de la cristiandad y
se borraron sus huellas. Del mismo modo que actúa el criminal, que después de
matar limpia las huellas de su crimen...
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Marguerite Porète, 1250-1310 |
El de las brujas es el genocidio del
que menos se habla como tal, pese a la cantidad enorme de torturadas y
asesinadas.
- Es
cierto, no se lo menciona en el nivel de otros importantes genocidios, no hay
un reconocimiento oficial. Una de las maneras de lograr que no se conozcan
ciertas verdades es no integrarlas a la cultura general, marginarlas. Pensá que
en la época en que acá se exterminaban las culturas americanas, en Europa se
estaba quemando a muchísimas brujas. En realidad, tocar un tema de la mujer es
tocar la cultura entera. Me interesa mucho últimamente la exploración de
nuestro lado oscuro, que las brujas conocían muy bien. El mal que todos y todas
tenemos adentro y a veces ponemos en figuras como las de las brujas para
exorcizarlo. En tanto no reconozcamos esa parte siniestra en nosotros mismos,
se la seguiremos atribuyendo a algún chivo expiatorio. Aceptemos la
ambivalencia humana, nadie es de una pieza, de un color.
En tu ensayo no te olvidás de la
gente pequeña, las hadas...
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Hadas del bosque |
- Es
un mundo maravilloso, que me conmueve. El libro está dedicado a mi padre y a su
hermana, que amaban a la gente menuda: además de las hadas, a los niños, algunos
animales. Gente encantadora, es bueno que volvamos un poco hacia este pueblo.
¿Brujas y diosas se reciclan a fines
del XX, comienzos del XXI?
- Creo
que sí. Desde luego, no me refiero a las brujas de mercado, a la medida del
consumo. Es algo cíclico: los grandes saberes terminan fragmentados y a veces
desvirtuados, como en el juego del teléfono descompuesto. Hay pequeños grupos
donde se encuentran el feminismo y el movimiento de la diosa, que tratan de
vivir de acuerdo con sus propios ritmos, sus ideas, sus sentimientos, y
convertirlos en acciones, siguiendo una continuidad, una coherencia. Es lo que
ha intentado hacer la gente espiritual de todos los tiempos, esos grupos que
son como la levadura de la sociedad: vivir en consonancia, en armonía. Yo, como
feminista, sigo creyendo en las utopías que pueden mejorar el mundo, contribuir
al entendimiento, al pacifismo. Porque el problema es que estamos con una
tecnología ultrasofisticada y con sentimientos anteriores al Paleolítico.