Histórico: El derecho al aborto quedó inscripto en la Constitución de Francia

Por Moira Soto 

Primer país del mundo en dejar asentado en su Carta Magna el libre acceso a la IVG (Interruption Voluntaire de Grossesse), Francia -en las 48 horas previas al Jour des Droits des Femmes-, abriendo de par en par las puertas de una gran esperanza para todos los países del mundo donde las mujeres aún carecen de esa alternativa; y también a los que, contando con el derecho al aborto, lo están viendo seriamente restringido o amenazado.

“Estamos acongojados por el sufrimiento, por la memoria de tantas mujeres que en Francia no tuvieron esa libertad”, declaró el primer ministro Gabriel Attal el día que la Asamblea votó esa garantía irreversible. “Tenemos una deuda moral hacia todas aquellas que tuvieron que soportar esa prohibición en carne propia”. Al mismo tiempo, un titular referido al acontecimiento se reiteraba en buena parte de diarios y revistas del país: “La inscripción de la IVG en la Constitución francesa es una promesa de tiempos mejores para todas las mujeres del mundo”. El diario español El País anunció: “Francia a la cabeza de la defensa mundial de la libertad de abortar”;  “Victoria del feminismo y la democracia”, destacó Le Monde.

Asimismo, dos días antes del 8M, el actual presidente de la Argentina les dijo a alumnas/os del colegió secundario Cardenal Copello que “el aborto es un asesinato” y que podía demostrarlo “desde una perspectiva matemática, filosófica y liberal” (previamente en Davos había hablado de “la agenda sangrienta del aborto”). El 30 de septiembre de 2020, el Congreso de nuestro país sancionó el derecho al aborto hasta la semana 14, a pesar del activismo de la gente provida, que no protege las vidas de los bebés nacidos de embarazos no queridos, muchas veces en condiciones lamentables de pobreza o indigencia, con alto porcentaje de menores. No aparecen en el Congreso iniciativas para amparar ni a esas madres por coacción ni a esos niños desvalidos, pero sí una legisladora presentó un proyecto para revertir la legislación y declarar delito el aborto…

El histórico hecho ocurrido en Francia el 6 de marzo pasado, trajo a la primera plana de algunos medios el recuerdo penoso de Marie-Louise Giraud, guillotinada a los 39 años en la prisión de la Roquette, París, por haber ayudado a abortar a 27 vecinas que no querían o no podían seguir adelante con su embarazo, en la región de Cherburgo. Obviamente, el desgraciado suceso tuvo lugar bajo el régimen -tradicionalista, xenófobo- de Vichy, bajo el gobierno del colaboracionista Philippe Pétain, Marie-Louise fue ejecutada en nombre de “la protección de la familia y de la patria. ¿Les suena? MLG había comenzado casualmente con esa práctica en 1940, cuando sorprendió a una muchacha muy joven de su barrio tomando un baño de pies con mostaza para deshacerse de una inoportuna preñez. El caso inspiró un excelente film de Claude Chabrol, magníficamente protagonizado por Isabelle Huppert, estrenado en 1988: Un affaire de femmes.

Hasta la Torre Eiffel adhirió al festejo

@LaTourEiffel se ilumina y
muestra lemas feministas de todo el mundo.

“En 2024, el derecho de las mujeres a elegir el aborto será irreversible”, prometió a mediados de 2023 el presidente Emmanuel Macron haciéndole así frente a las restricciones y supresiones que se estaban dando en otros países, advirtiendo la necesidad de garantizar incondicionalmente ese recurso mediante su inscripción en la Constitución. Pasando por alto la oposición de la derecha más retrógrada, presentó una resolución que fue aprobada por mayoría abrumadora en la Asamblea de la Nación en noviembre pasado, para ser votada por el Senado en los primeros meses de 2024.

Et voilà que Monsieur le Président no necesitó que Boris Vian le escribiera una carta desde el cielo de los poetas -en el estilo de su canción Le Déserteur (pueden buscarla en YouTube entonada por el propio autor), de 1954, prohibida durante 8 años por “antipatriótica”-, recordándole su compromiso. Por otra parte, Macron partió de una base segura: la altísima adhesión de franceses/as al derecho al aborto, 50 años después de que la gran Simone Veil lograra que se aprobara. El 87 por ciento de la población, según encuestas confiables del año pasado, quería que el derecho estuviera asegurado en la Carta Magna. Legalizada en 1975, la IVG fue mejorada por disposiciones posteriores que protegían la salud de la mujer, su anonimato, bajar el costo del procedimiento (en 2023 se realizaron en Francia 234 mil intervenciones). Con esta reciente jugada, además, EM genera un dolor de cabeza en los conservadores de extrema derecha, “solicitando el sostén de la gauche”, según apuntó el periódico Político Europe.


Bueno, eran las 2 de la tarde del 6 de marzo cuando el gentío empezó a reunirse en la plaza del Trocadéro donde una pantalla gigante transmitía los debates en el Congreso, bajo un luminoso sol de invierno. Un día feminista. Varios miles de personas acudieron y se fueron renovando en las casi 5 horas que duró la sesión. Las mujeres bailaban, cantaban, sostenían pancartas no partidistas. Claudine Monteil -historiadora y diplomática, que a los 22 fuera una de las firmantes del Manifiesto de las 343 (Yo aborté), se desplazaba más que feliz enarbolando el ejemplar de La Nouvel Observateur de 1971 que publicó esa proclama, orgullosa de las nuevas feminista jóvenes: “Somos las hijas y las nietas de Simone de Beauvoir. Nosotras, en aquel tiempo, no imaginábamos este derecho en la Constitución, pero ustedes lo han logrado”.

 La Fondation des Femmes, el Planning Familial, el colectivo Avortement Europe integran la multitud. La plaza acoge a las manifestantes de verde y violeta. Se pueden avistar personalidades conocidas de distintos ámbitos, militantes, ciudadanos comunes. Nubes lilas suspendidas, una canción de Beyoncé -Run te World (Girls)- y la alegría que explota al atardecer, cerca de las 7, cuando se avisa que se ganó por amplia mayoría la inscripción. Las mujeres tomadas de la mano se sueltan y se abrazan con palpable emoción. Carteles luminosos pregonan eslóganes en distintos idiomas: My Body, My Choice, Aborto Legal… Y la Torre Eiffel ilumina en la noche un mensaje feminista. Monsieur le Président tuitea: “Un orgullo francés, un mensaje universal”.

Place du Trocadéro. Crédito Dimitar DILKOFF - AFP

Yaël Braun-Pevet, presidenta de la Asamblea Nacional, que se había opuesto a la inscripción en 2018, reconoce dignamente: “Evolucioné, cambié porque el mundo ha cambiado y las amenazas se cernían sobre este derecho”. Y añade que su encuentro en 2022 con la demócrata estadounidense que fuera presidenta de la cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, resultó determinante. Attal prosigue su discurso: “Les decimos a las mujeres dentro y fuera de nuestras fronteras que la era de un mundo de mayor esperanza está comenzando”, en tanto que la diputada Mathilde Panot, luchadora en el origen de la reciente reforma, toda de verde hace un guiño precisamente al “combate de las mareas verdes”. Y por su parte, Neil Datta, fundador y director ejecutivo de EPF (European Parlametary Forum  for Social and Reproductive Rights) apoya su optimismo en que el ejemplo de Francia incida en países de Europa y más allá, citando el precedente de Irlanda, nación tradicionalmente católica que legalizó el matrimonio para todos en 2015, y el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo en 2018. Mientras que en Polonia, el anterior gobierno conservador restringió fuertemente el acceso al aborto, empujando a muchas polacas a viajar al exterior para lograr ese objetivo.

Claro que no todo es miel sobre hojuelas en Francia: todavía existen zonas del interior donde se pone freno al ejercicio del derecho, disparidades territoriales que dificultan en ocasiones el acceso directo a la IVG, faltan de suficientes estructuras, lugares donde se vuelve problemática la atención de las menores, religiones o círculos familiares que inciden culpabilizando a las mujeres; hostilidad de algunos médicos, de un sector de las parteras. Pero parece clara la voluntad de las autoridades de mejorar el panorama donde haga falta.

La situación en los Estados Unidos

Manifestación por el derecho al aborto, EEUU, años '70

La Corte Suprema de Norteamérica tuvo la desgracia de perder en 2020, por causa de una grave enfermedad, a la jueza feminista batalladora Ruth Bader Singer, que había sido nombrada por Bill Clinton. Es decir, ella murió bajo la presidencia del deplorable Donald Trump, que se apuró a nombrar en su reemplazo a una jueza ultraconservadora, dándole mayoría a los integrantes reaccionarios de esa institución que en 2022 anuló el dictamen Roe vs. Wade, que garantizaba el derecho al aborto en todo el país. Y este es el momento en que numerosos estados con la impronta del Partido Republicano desde ese año aciago para las mujeres en edad de procrear que quedan embarazadas a su pesar, están restringiendo fuertemente ese derecho, cuando no han suprimido ya. Un enorme impacto sobre la libertad de las mujeres sobre sus cuerpos, sobre su salud física y mental.

Sin embargo, existen atenuantes para esa grave problemática: en noviembre de 2023, en elecciones de medio término -ya bajo el gobierno de Joe Biden- varios estados dejaron en claro que estaban a favor del derecho a la interrupción del embarazo. En Kentucky, por ejemplo, el gobernador Andy Beshear ganó la reelección en buena medida gracias a la intensa campaña antiaborto de su oponente republicano. Yendo a los números, la generalidad de las encuestas pone de manifiesto que la mayoría de estadounidenses quiere que el aborto sea legal en el primer trimestre del embarazo, que los medicamentos abortivos sean accesibles, y sostiene no creer que esa intervención sea inmoral. Una encuesta de noviembre 2023 reveló que el 55 por ciento de participantes opinaba que una mujer embarazada debería poder acceder al aborto por cualquier motivo.

Kamala Harris visita el Centro de Salud St. Paul
de Planned Parenthood en Minnesota.
Crédito Nicole Neri-Reuters

Quien está dando la nota neta y contundente es la vicepresidenta Kamala Harris: el 14/3 visitó una clínica Planned Parenthood en Minnesota, siendo la primera vez que un/a vicepresidente/a se acerca a un local especializado en atención médica para mujeres, que brinda servicios de aborto, en los Estados Unidos. Harris lo hizo como parte de su gira Lucha por las Libertades Reproductivas, tomando así la iniciativa en un tema por el que está siendo la defensora más franca y eficaz. Su liderazgo en estas cuestiones es visto por demócratas y periodismo afín como un buen avance para KH que dijo en su visita a quien quisiera oírla: “Estoy aquí para elevar el trabajo que se está llevando a cabo en Minnesota (…) y porque existe una crisis en la atención médica de las mujeres. Parte de estas clínicas han tenido que cerrar y sus consecuencias no dejan opción en un área geográfica importante para tantas mujeres que necesitan esta atención esencial”. Y respecto de los líderes políticos en contra del control de las mujeres sobre su cuerpo, enfatizó sin ambages y sin gritos destemplados: “¿Cómo se atreven estas personas electas a creer que están en mejor posición para decirles a las mujeres lo que necesitan, lo que es mejor para ellas? Tenemos que ser una nación que confía en ellas, en sus decisiones”. Cabe remarcar que luego de que la Suprema Corte anuló Roe vs Wade, Minnesota aprobó una nueva ley que garantiza el acceso legal al aborto, por lo que muchas mujeres de estados restrictivos vecinos, viajan hacia allí para ese procedimiento

En un discurso similar en Arizona, Kamala Harris abordó una cuestión que considera de extrema injusticia: el plan de extremistas fundamentalistas religiosos para ilegalizar la anticoncepción: “Ellos están en los tribunales tratando de recuperar una ley de 1864. Entiendan, ¡de 1864! Es decir, de antes de que las mujeres tuviesen derecho a votar, a la propiedad, incluso de antes de que Alabama fuera considera estado”.

Kate Cox, madre de dos hijos
de 31 años del área de Dallas.
Crédito Kate Cox vía AP

En enero pasado, la vice ya había estado en Wisconsin para hablar sobre la interrupción voluntaria del embarazo al conmemorarse el 51 aniversario del histórico caso Roe…, muy dispuesta a llamar la atención sobre las nuevas y crecientes restricciones debidas al accionar del expresidente Trump que eligió personalmente a tres jueces reaccionarios de la Corte, lo que derivó en que Wisconsin prohibiera el aborto durante 15 meses, volviendo a una ley escrita en 1849.

A su vez, Joe Biden llamó a Kate Cox como invitada de honor a su discurso del Estado de la Unión, importante acto político en que la texana estuvo sentada al lado de su esposa Jill Biden. Tiempo antes, el presidente la había defendido públicamente. KC es oriunda de Texas, de 31 años, casada, con dos hijos pequeños; en 2022 quedó nuevamente embarazada. Pronto se supo que el feto estaba afectado de una gravísima anomalía, trisomia 18 (o síndrome de Edwards). La mujer, que casi muere después de que se le negara el derecho a abortar, presentó demanda contra el estado de Texas, y aunque un juez falló a su favor, el fiscal federal le prohibió cualquier posibilidad de intervención a hospitales de ese territorio. Kate Cox debió viajar a otro estado para que le efectuaran el procedimiento. En su demanda, había expresado textualmente: “Pido poner fin a mi embarazo ahora mismo a fin de tener mejores chances para mi salud y para un futuro embarazo”.

Un ingenioso toque de humor negro, pero de blanco

Para cerrar esta nota acerca de un tema tan dramático para las mujeres de muchos lugares del mundo en estos días, vale rescatar un sketch reciente del programa estadounidense Saturday Night Live, donde Colin Jost entrevista a un embrión congelado actuado por Marcello Hernández, todo de blanco, incluidos protector de oídos y echarpe. Se supone que este personaje viajó desde Alabama, y que su madre podría ser Sofia Vergara, envuelta en una batalla por la custodia legal de sus óvulos, que congeló con su exnovio Oompa Lumpa… Preguntado si como embrión se siente fuera de una vida humana plena, el blanquito sonríe irónico: “¿Esto te parece vida? Estoy a 200 grados Farenheit, en nitrógeno líquido, congelados mis pezones inexistentes. No tengo cerebro. No tengo corazón. Y mi mejor amigo embrión ha sido enviado a confinamiento solitario en un útero. No sé por qué la sociedad intenta hacernos crecer tan rápido. ¿Por qué tengo que ser humano? ¿No puedo ser un simple embrión por un tiempo?”. Preguntado si ve algún programa: “Sí, pero no tengo ojos, aunque estoy contento de haber salido un rato del freezer”. Y una queja por su anterior: “Los espermatozoides también son gente. Si pasás un trapo por cierta habitación de hotel, estarás cambiando la escena del crimen”.