Por Marina Soto
Artista de múltiples facetas y
emprendedora muy determinada, Taylor Swift llega a Argentina por primera vez,
en el transcurso de su gira mundial The
Eras Tour. Extraordinaria letrista, trabajadora incansable y fina
detallista, Swift es mucho, muchísimo más que la superstar actual del pop.
Tan joven y ya con más de 15 años de una
carrera en constante evolución, que está manejando por su cuenta y riesgo en
todos los planos.
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The Eras Tour. Crédito Getty |
Who's Taylor Swift anyway? Ew!
Taylor Alison Swift nació el 13 de diciembre de 1989 en Pensilvania.
Estos datos salidos de un googleo básico no son pura trivia: TAS (las siglas de
su nombre) es la empresa que se encarga de su copyright y las cuestiones
legales; 13 es número de la suerte y el que se dibujaba en la mano en una época
de su carrera; y 1989 fue su disco
del paso del country al pop, su primer éxito mundialmente masivo. Y es,
asimismo, el próximo disco regrabado que va a publicar el 27 de octubre de este
año.
Decir que Taylor Swift
es una cantante pop (o country y pop), o una hábil compositora, o una
histriónica performer, o una fábrica de hits que genera ferviente adhesión....
sería lo mismo que quedarse con la polaroid de la fiesta de anoche. Esas
etiquetas no empiezan ni a arañar todo lo que hay para contar sobre la actual
ambición rubia. Porque no es tarea fácil cubrir todos los aspectos de una
persona con más de 15 años de carrera (no solo musical, sino también como
directora, actriz y productora), que desde el enorme éxito de su segundo disco
(Fearless, 2008) tuvo altos y bajos
en una vida excesivamente pública (en buena medida debido a paparazzis, a
ciertos medios a la caza del clickbait
y a los opinólogos de turno) y en su propia
y arriesgada búsqueda musical, sonora y, sobre todo, lírica.
Varios de los
múltiples aspectos de esta artista inabarcable se encuentran registrados
en Miss Americana (Lana Wilson, 2020), el documental que recorre
parte del camino de nuestra chica, desde sus inicios hasta la forma en que
llegó a ser una de las personas más odiadas de Estados Unidos, y de cómo
supo reinventarse y salir de ese trance. Este film, disponible en Netflix, da
cuenta de sus temores en su condición de mujer del pop a punto de cumplir los
30 (sentencia de muerte en esa industria), de sus trastornos de alimentación en
una etapa de su carrera, y del momento en el que ella empieza a tomar ciertas
decisiones personales y políticas. Por ejemplo, el juicio que entabla como víctima de acoso sexual o el apoyo a
los demócratas en el estado de Tennessee, luego de haber callado sobre temas de
política hasta ese momento de su carrera.
La película, que
además incluye materiales de archivo de la vida de Swift, fue filmada entre
2018 y 2019, una etapa clave en su empoderamiento, ya que es el momento en
el que ella abandona su primera discográfica, Big Machine Records. Cambio que
tiene lugar porque, a la fecha de vencimiento del contrato con la disquera,
Swift solicita que le vendan sus masters (las grabaciones originales de sus
discos), pero Big Machine responde que solo lo va a hacer si ella renueva su
contrato.
Las partes no logran
ponerse de acuerdo, y Swift firma con Republic Records, una subsidiaria de
Universal Music. Detrás del deseo de Taylor de ser dueña y señora de su arte,
evidentemente está anhelo reapropiarse de su voz, en todo sentido. Por esa
razón realiza el documental, y empieza a hablar más claramente en entrevistas
sobre sus opiniones, su postura política, su feminismo. Y naturalmente, se
encarga de que en su nuevo contrato con Republic Records quede establecido que
ella es automáticamente dueña de los masters de los discos que lance con esta
discográfica.
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De la sesión de fotos para el álbum Midnights. Crédito Beth Garrabrant |
No hay locura más furiosa que la de una madwoman
Debido a que Taylor
Swift es la principal escritora de todas sus canciones, la ley norteamericana
le permite volver a grabar su música todas las veces que quiera, con la
disquera que se le antoje, sin tener ningún problema de copyright con Big Machine
Records. Así, después de que este sello no solo no le permitiera comprar sus
masters, sino que además se los vendiera a un empresario con el que ella había tenido
varios problemas en el pasado (Scooter Braun), Swift decidió hacer uso de sus
derechos de compositora y poner su furia a trabajar en la regrabación de los
seis discos que había publicado por Big Machine (Taylor Swift -su disco debut-, Fearless,
Speak Now, Red, 1989 y Reputation). No sin antes, vale
remarcarlo, dar a conocer una carta en sus redes sociales
explicándole a los fans -y quien quisiera enterarse- los pormenores de su
situación.
Periodistas
especializados, empresarios de discográficas, opinadores profesionales de
Twitter (ahora X) coincidieron en que lo que Taylor Swift se proponía era una locura.
Se preguntaban quiénes iba a comprar discos que ya tenían; sostenían que era un
gasto absurdo grabarlos, más aún teniendo en cuenta que Swift había dicho que
iba a tratar de hacerlos lo más semejantes a los originales que fuera posible.
Se pontificaba que iban a perder valor ambas versiones, que la cantante no era
otra cosa que el arquetipo de la rubia tonta y lo estaba demostrando con su
actitud de nena encaprichada.
Como dice Taylor en mad woman (canción del disco folklore), "a nadie le gusta una madwoman". La expresión es
perfecta: "Mad" en inglés quiere decir tanto enojado/a, furioso/a,
como loco/a, demente. En el clásico de la interpretación de la literatura de
mujeres inglesas y norteamericanas de los siglos XVIII y XIX, La loca del
desván (Ediciones Cátedra, 1998) -en el original estadounidense The Madwoman
in The Attic-, Sandra M. Gilbert y Susan Gubar centran parte de su análisis
en el personaje de la madwoman, una
mujer insana de ira, loca furiosa. Un personaje que aparece en los textos
escritos por narradoras y poetas decimonónicas para dar lugar al propio enojo
por la situación en la que se encontraban las mujeres artistas (y las mujeres
en general), víctimas de una socialización patriarcal que las estaba
enfermando, tanto física como mentalmente (esta es, por supuesto, solo una
pequeña parte del complejo y extenso trabajo de las autoras).
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De la sesión de fotos para el álbum Midnights. Crédito Beth Garrabrant |
La madwoman en el estudio de grabación
Swift se entregó
osadamente a su propia madwoman, la
abrazó con fuerza y se metió en el estudio de grabación. Primero sacó dos
discos sorpresa en plena pandemia (folklore
y evermore), donde una vez más
cambió de estilo: un estilo indie tranquilo, con letras trabajadas y cargadas
de significado y algunos sonidos que desconcertaron a los oyentes casuales de
su música anterior. Este cambio sonoro la acercó a un nuevo público, y el tiempo
de encierro permitió que se le prestara más atención a las letras.
Los discos fueron un absoluto
éxito, y obtuvieron el merecido reconocimiento de la prensa, de sus pares, de
gente que no la había escuchado nunca. Y, por supuesto, de sus fieles fans, las
y los swifties, que la bancan en
todo.
Justamente en folklore, el primero de estos
lanzamientos, Taylor incluye la ya mencionada mad woman, una canción en la que ella habla de la furia enloquecida
que siente por la situación de los masters de sus primeros seis discos, ciertos
malos manejos de la discográfica anterior y del nuevo dueño, Braun. Igualmente,
se remite las opiniones de terceros que quieren minimizar su problema y
básicamente -como era de prever- tildarla de histérica, diagnóstico famosamente
aplicado a las mujeres, antes y después de padrecito Freud.
Con voz baja y suave,
pero cargada de emoción, Swift dice "Every time you call me crazy / I get
more crazy / What about that? / And when you say I seem angry, I get more angry
/ And there's nothing like a mad woman / What a shame she went mad / No one
likes a mad woman / You made her like that" (Cada vez que me decís loca /
me pongo más loca / ¿qué te parece? / Y cuando me decís que parezco enojada, me
vuelvo furiosa / Y no hay nada como una loca furiosa / Qué
pena que enloqueció / A nadie le gusta una loca furiosa / Vos la
volviste así).
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The Eras Tour. Crédito Getty |
El rotundo éxito de folklore y evermore generó, también, una revisión de su discografía anterior.
Tanto los nuevos oyentes como ciertos miembros de la crítica y de otras esferas
intelectuales empezaron a revisar los discos previos y a notar que, efectivamente,
las letras de Taylor Swift siempre habían sido buenas. Algunas más complejas y
otras más sencillas; algunas más poéticas y otras más prosaicas; algunas que
parecen salidas de un libro del siglo XVIII y otras que son enormes himnos pop.
No solo hubo interesantes artículos periodísticos sobre la lírica de esta
artista (como este notable
ensayo del Washington Post, para leer vía traductor, que propone leer sus
canciones como arte, y no como el diario íntimo de una personalidad pública), sino
que hasta varias universidades (Stanford, Arizona State, Breklee College of
Music en Boston, y la lista sigue) sacaron cursos que analizan sus letras y su
composición.
Tanto es así, que la
Nashville Songwriter Association International (asociación internacional de
compositores situada en Nashville) le otorgó el prestigioso premio de
Compositora-Artista de la Década por el período 2011-2019. En el discurso de
aceptación del premio, la propia Swift categorizó su escritura en tres grupos:
"canciones escritas con birome con glitter", "escritas con pluma
fuente" y "escritas con pluma de ave y tintero". No es difícil
reconocer qué canciones entran en cada grupo.
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De la sesión de fotos para el álbum Midnights. Crédito Beth Garrabrant |
Y salió bien, claro
que sí. Por varios motivos: el público que de continuo se renueva; los más
jóvenes que no tenían mucha noción de las campañas anti Taylor que habían
tenido lugar en épocas pasadas; la posibilidad de llegar inmediatamente a
cualquier lugar del mundo que brindaba el streaming; sobre todo, el cambio en
el discurso y en los pensamientos post Me Too aportaron una nueva mirada frente
a sus letras post folklore y evermore... Fearless (TV) -"TV" por Taylor's Version- demostró que el proyecto de la artista no era una
locura o una folie à deux entre Swift
y los swifties: si Taylor quería lanzarse al esfuerzo titánico que implicaba
regrabar su discografía originalmente lanzada bajo Big Machine, había un
público dispuesto a sumarse a esa idea, y a tomar esas versiones como las
únicas que había que escuchar. Tanto fue así que varias radios estadounidenses
decidieron que a medida que las Taylor's
Versions fueran saliendo, esas serían las únicas versiones que pasarían de
las canciones.
El impacto de la
acogida de las regrabaciones no solo implicó el éxito comercial y el superstardom
de Swift, o la revisión de cada disco regrabado que iba sacando (hubo incluso casos
en que los periodistas se retractaron de críticas anteriores, admitiendo que se
habían equivocado), sino también interesantes conversaciones sobre cómo muchas
veces los/as artistas terminan no siendo dueños/as de su arte, lo
injustos que son los contratos discográficos, las manipulaciones de los
poderosos de la industria. Y hasta se dio el caso de algunos artistas que, al
encontrarse en una situación similar a la de la cantautora, siguieron sus pasos
y regrabaron su discografía (por caso, Bryan Adams).
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The Eras Tour. Crédito Getty |
Todas las eras, el Eras (Tour)
Las regrabaciones
también le suscitaron a Swift la idea que engloba su gira actual: el "Eras
Tour" toma su nombre de las distintas "eras" de la cantante,
cada una correspondiente a un disco. Desde 2019, cuando tuvo que cancelar el
tour del disco Lover debido a la
pandemia, Taylor sacó seis discos: los nuevos folklore, evermore (ambos
en 2020) y Midnights (2022) y las
regrabaciones Fearless TV (2021), Red TV (2021) y Speak Now TV (2023); y está pronta a salir la Taylor's Version de 1989,
su primer gran éxito pop.
Entonces, con la
excusa de las Taylor's Version, y
debido a que no había realizado giras desde el lanzamiento de Reputation (2017), Swift armó un colosal
show que recorre toda su carrera (ergo, el tour de las eras). Este concierto es
titánico por donde se lo mire: el show dura más de tres horas con alrededor de
45 canciones, el escenario es el más grande que haya usado la cantante, la
lista de ciudades que va a visitar es la más extensa, ya que incluye lugares a
los que nunca antes había ido, como Buenos Aires.
El show, al menos en
la versión que recorrió Estados Unidos y México (siempre es posible que Swift
vaya realizando cambios, sobre todo a medida que vaya lanzando regrabaciones),
tiene una estructura en la que cada disco tiene su momento para brillar. Pero
antes de que la rubia superstar salga a escena, en la pantalla hay un reloj que
va contando el tiempo que falta para el show, mientras suena el himno feminista
de los sesenta You Don't Own Me, y
las palabras que entona Leslie Gore se resignifican en relación con la
situación de los masters de Swift.
El espectáculo, que
fue filmado en Los Angeles y podrá verse en la pantalla grande a partir del 13
de octubre, comienza con algunas canciones del disco Lover, como si Taylor quisiera retomar donde se había quedado, y
darles a los fans una pequeña idea de lo que habría sido el cancelado LoverFest. Luego van teniendo su
espacio cada uno de los discos, no de manera cronológica, sino intercalando los
últimos con los de la primera época, para permitir momentos de mayor energía,
baile y pop, así como momentos de descanso y dramatismo. Finalmente, luego de
dos canciones sorpresa que cambian en cada show (una en la guitarra acústica y
otra al piano), cierran siete canciones de Midnights,
su último álbum "nuevo".
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The Eras Tour. Crédito Getty |
Entre tantos guiños, referencias, chistes internos y mensajes directos, la cantante eligió incluir en el set de evermore la canción Marjorie, que escribió sobre su abuela, Marjorie Finlay, una cantante de ópera y performer que fue una de sus más grandes influencias. En su letra, Taylor recuerda los consejos de su abuela, se lamenta por las cosas que no pudo preguntarle, y describe cómo la siente siempre presente, más allá de su ausencia. La canción termina con un sampleo de la voz de Finlay cantando ópera, y esto le permite Swift compartir con su abuela el enorme escenario de su gira, y tener un momento en el que Marjorie pueda acompañarla una vez más.
Taylor Swift llega a la Argentina por primera vez en su carrera en
noviembre de este año con su show The Eras Tour.
El 13/10 se estrena en cines de la filmación de los shows del Eras Tour (el mismo que traerá al
estadio de River) y el 27/10 será el lanzamiento de la regrabación de su gran éxito
discográfico 1989 (Taylor's Version).
El Reputation Stadium Tour y Miss Americana están disponibles en
Netflix.