Mito fascinante si los hay, que se
mantiene constante bajo diversas formas y que casi todo el mundo puede
decodificar, el vampirismo viene de muy lejos, recorre siglos y culturas. Hasta
el 19 de enero de 2020, la Cinémathèque Française de París le rinde merecidos
honores en una muy abarcadora muestra. Por supuesto, allí figuran ilustres
vampiras de la talla de Carmilla (1872), creación literaria de Sheridan Le
Fanu, tantas veces llevada a la pantalla, novela anterior al Drácula de Bram Stoker (1897). Entre
las actrices reverenciadas están Catherine Deneuve (El ansia), Isabelle Adjani (Nosferatu,
en la versión de Herzog), Kristen Stewart (Twilight),
Delphine Seyrig (Les lèvres rouges),
Tilda Swinton (Only Lovers Left Alive,
de Jarmusch), y entre las directoras, Kathryn Bigelow, realizadora de la
hermosa Near Dark (1987). Entre
diferentes aportes en clave femenina: las vampiras pintadas por Leonor Fini y
el cuadro Self-Portrait as a Vampire,
especialmente hecho para la expo por Claire Tabouret. No por azar, el afiche de
De Dracula a Buffy ofrece una
carnosa boca entreabierta de mujer con sus afilados colmillos prestos a
conseguir hemoglobina.
El foco sobre las trabajadoras invisibles
Caroline Walker (1982), artista escocesa actualmente residente en Londres, varias veces premiada, ha dedicado parte de su obra a representar las labores domésticas asignadas a las mujeres en la división sexual del trabajo, de tan larga data. De hecho, entre las exposiciones que presentó este año, la de Ámsterdam se titula Una mujer cosiendo (imagen). Entre los cuadros de Walker hay muchas “trabajadoras invisibles”, como las llama ella: mucamas de hotel, empleadas domésticas, amas de casa. “Si abrimos bien los ojos, podremos ver mucho sobre la vida de estas personas, y también sobre la forma en que todos vivimos”. Aunque de gran tamaño, sus obras rescatan un clima íntimo de mujeres concentradas en diferentes tareas, como si la pintora leyera con empatía el pensamiento de sus protagonistas.
Joyas de la abuela para ellos
En estos tiempos vertiginosamente cambiantes, la joyería se pone a tono diseñando piezas barrocas para varones desprejuiciados (que puedan pagarlas). Bijoux flambloyants que ellos pueden lucir en lóbulos, cuellos, muñecas bajo la forma de aros, collares, relojes, brazaletes en piedra y metales preciosos. Los raperos Gucci Mane, Swae Lee, A$AP Rocky ya anduvieron portando gargantillas de cristal, y en la edición 2019 de la MET Gala, Harry Styles (foto) encandiló con un refinado arete de perla, casi idéntico al de la protagonista de un cuadro de Vermeer. El actor, músico y cantante Ezra Miller, a su vez, optó por largos pendientes que parecen recién salidos del cofre de la abuela. La rancia masculinidad en deconstrucción, como se dice ahora…
Subversivas artistas invaden Venecia
38 mujeres artistas visuales (en total son 79 los expositores/as invitados/as) fueron seleccionadas para la Bienal veneciana de este año que cierra el 24 de noviembre próximo. La taiwanesa Shu Lea Cheang, la francesa Laure Prouvost, la coreana Siren Eun Young, la japonesa Mari Katayama, la estadounidense Nicole Eisenman, la alemana Alexandra Bircken, entre otras participantes, dan vuelta símbolos y cánones, exponen sus cuerpos, exploran sexualidades, defienden la ecología. O se interrogan sobre las representaciones de las mujeres negras como Zanele Muholi, audaz fotógrafa sudafricana muy celebrada, activista en lucha por salir del silencio y de toda forma de discriminación (foto).
Enfermas de cáncer acompañadas y reconfortadas
Abierta en junio pasado en París, la Maison Rose propone un hospitalario espacio para que las mujeres con cáncer en tratamiento puedan cortar por unas horas con el mundo aséptico y frío de clínicas y hospitales, recobrar la autoconfianza, entablar relaciones amistosas. Canapés confortables y almohadones coloridos, luces cálidas, una gran cocina como sala de estar. Aquí la palabra paciente no se usa jamás para referirse a las asistentes a sesiones de cosmética, conferencias, talleres, ejercicios de pilates, cursos de gastronomía. La asociación Rose Up, en defensa de los derechos de las enfermas, inspira el concepto de la Maison, que reproduce sus sedes en el interior de Francia. No hay temas tabú en las conversaciones en torno a la gran mesa de la cocina (ver foto oficial de la Maison): cuerpos transformados por la enfermedad, menopausias anticipadas artificialmente, reapropiación de las nuevas formas, maneras de vincularse con hijos e hijas.
Naomi Klein, firme junto al planeta
En su nuevo libro On Fire: The Burning Case for a Green New Deal (En llamas: el candente argumento a favor del New Deal ecológico), que aún no apareció en su edición española, Naomi Klein compila trabajos de la última década y nuevos escritos. Analiza el surgimiento del ecofascismo en momentos en que los países occidentales refuerzan sus fronteras y la supremacía blanca aumenta en todo el mundo como respuesta a la crisis climática. “Siempre he tenido en claro la urgente necesidad de cambiar a un modelo económico netamente más humano. Ahora es indispensable disminuir las emisiones, modificar el modo de desplazarnos y de cultivar la tierra para obtener alimentos: el tiempo apremia. Estamos viviendo el momento en que cambiar el rumbo puede significar salvar vidas en una escala inimaginable”, dice Klein. Y por su lado, un crítico literario del New York Times se anima a escribir: “Si yo fuera una persona muy rica, compraría 245 millones de ejemplares de este libro y los entregaría a cada uno de los votantes de los Estados Unidos”.
¿Quién da más por la chaqueta YSL?
El próximo 27 de noviembre, la casa
Christie’s pondrá a remate una legendaria chaqueta de Yves Saint Laurent creada
en homenaje a Van Gogh. Una obra realmente fuera de serie, lanzada con la
colección primavera-verano 1988 y llevada en aquel entonces por la supertop Naomi
Campbell. Enteramente bordados sus girasoles con perlas de cristal, paillettes,
strass y finas cintas, la prenda de organza amarilla, forrada de satén de seda
al tono, lleva la marca de una de las grandes casas de broderie del mundo,
Lesage, y exigió 600 horas de trabajo. Con precio estimado entre 80 y 120 mil
euros, la chaqueta Tournesol, de
corte recto y hombros pronunciados, puede ir acompañada de una falda de crêpe
de seda verde o azul de la casa Abraham.
Inestimable hallazgo literario
Para celebrar con alborozo: recientemente se encontró un capítulo perdido de La historia de Genji, o Romance de Genji, de la genial escritora japonesa Murasaki Shikibu, la primera novela conocida en el mundo, de la que se tenían hasta el presente 54 capítulos confirmados como transcripciones originales. El manuscrito hallado se titula Wakamurasaki y fue escrito hacia el año 1000 en el período Heian (794-1185), en una corte donde la virtud suprema consistía en el conocimiento de la íntima belleza de las cosas. Los nombres de las mujeres no solían registrarse por lo que esta autora fue llamada Murasaki (aludiendo en la corte imperial al personaje femenino de la novela que narra los amores y aventuras del incomparable príncipe Genji); Shikibu (en referencia a las funciones ceremoniales de su padre, que la educó al morir la madre). Según el Japan Times, el precioso hallazgo estaba en un cofre oblongo, en una tienda de la casa de Motofuyu Okochi, descendiente de un antiguo señor feudal.